Antes de contratar un seguro de auto, es clave prestar atención a los detalles para evitar futuros dolores de cabeza. Aunque contratar una póliza debería ser sencillo, en la práctica puede volverse un laberinto, debido a la jerga técnica de la industria, que en muchos casos impide al asegurado/a comprender qué contrato de seguro de auto está firmando.
La póliza es un contrato que contiene todas las condiciones de la cobertura, tanto lo que la aseguradora cubre como los riesgos que no ampara. Los detalles son fundamentales: leer la famosa «letra chica», no dejarse seducir por precio, y contar con el asesoramiento de un productor de seguros de confianza son claves para elegir la compañía adecuada.
Los expertos en el tema recomiendan trabajar con productores asesores de seguros, profesionales capacitados y controlados por la Superintendencia de Seguros de la Nación, que brindarán el asesoramiento adecuado para elegir la compañía y la cobertura que se adapte a tus necesidades.
Respecto al pago de las cuotas podés optar por sistemas de pago como Pago Fácil o Rapipago, siempre dentro de los plazos establecidos por la aseguradora para evitar problemas con la cobertura. Si tenes la posibilidad de adherir este pago a Débito automático, sería lo ideal. Recordá que si el seguro está impago, no aplica el contrato con la Aseguradora.
Y, por supuesto, al contratar el seguro obligatorio, la aseguradora debe hacerte entrega del comprobante correspondiente, con todos los datos esenciales del seguro. Entre ellos, el número de póliza, el número de endoso, los datos del asegurador y la vigencia de la cobertura, indicando la hora de inicio y finalización. También deben figurar los datos del vehículo asegurado, como tipo, marca, dominio (patente), número de motor y número de chasis.